Qué bonito es recordar nuestra niñez y algunos recuerdos como estos. El libro gordo de petete, que tantas cosas nos ensañaba de una forma fácil y divertida. El manual de los jovenes castores de Disney, en el que te explicaba como sobrevivir en el bosque. Y el libro de Senda 3 de Santillana, con la Caja de Pandora. Me fascinaba eso de que ella, guardara los vientos en su caja. Cuando salíamos del colegio íbamos a casa de la señora Carmen, una abuelita encantadora que vivía en mi calle y que vendía golosinas. entre ellas mis favoritas piruletas de fresa, con forma de corazón. Tenían ese sabor particular nada que ver con las de ahora. Todo cambia, y siempre es bonito recordar viejos tiempos. Por eso he hecho estas minis especiales para mi Casita de Muñecas. Espero que os gusten...