Recuerdo hace unos cuantos añitos ya (bueno algunos bastantes) :) cuando era pequeña y percibía ese olor a café que salía de la cafetera de mi madre, que por cierto era de las más grandes porque éramos bastantes en casa. Mis padres, 6 hijos y mi abuela a temporadas :)
Y mi madre solía comprarle el café al señor Ramón, así se llamaba y venia a casa cada sábado a traernos el café marca SOLEY entre otras cosas. Mi madre era muy cafetera como yo (supongo que lo he heredado de ella, como era pequeña me lo mezclaban con leche pero era muy negro casi nada de leche, pues como ya sabeis soy anti leche, pero me encanta el café).
Un sábado estábamos mis tres hermanas Antonia, Ana y yo, y mi madre claro, y vino el señor ramón a cobrar y ese sábado a mi madre no le iba bien pagarle así que le dijo a mi hermana mayor:
-Antonia hija cuando pique el señor Ramón le dices que no estoy, así vendrá la semana que viene.
Paso la mañana y oímos el timbre y claro cómo no, era él.
Mi hermana abrió la puerta y le dijo:
-Señor Ramón mi madre dice que no está (podéis imaginaros la cara del pobre hombre)
Y el respondió:
-Pues no pasa nada Antonia, dile a tu madre que ya vendré cuando este la proxima semana...
Al hombre le pareció gracioso pues nos tenía mucho aprecio y eran años de confianza, pero se ve que a mi madre mucha gracia no la hizo. Pues a mi hermana le cayó un buen azote donde la espalda pierde su nombre :) por esta vez la hazaña no fue mía ,raro ¿no?
